A comparación
del parcial pasado, el ritmo de trabajo aumento gradualmente. Tuvimos muchos más
proyectos de entrega, los cuales fueron un poco más difíciles. El parcial
pasado no dormí un día por a completar una pequeña animación de 30 segundos que
nos había pedido la maestra de semiótica de la imagen. Este parcial sólo dormía
3 horas cada 2 días. Esta locura empezó dos semanas antes de los parciales.
Teníamos que
entregar dos animaciones, una que durara ocho segundos (para la materia de introducción
a la animación) y otra que durara treinta (para semiótica de la imagen).
Intente combinar estas dos animaciones para sólo tener que hacer una, pero el
problema fue que no calcule bien el tiempo que tenía realizar esta tarea. La animación
de IALA (introducción a la animación) tenía que ser entregada una semana antes que
la animación de semiótica. Y por el tiempo mal calculado, me di cuenta muy
tarde que no la terminaría.
Como solución
“rápida” decidí entregar una pequeña parte de la animación para IALA, pero al
hacer esto tuve que modificar varias cosas. Para acabarla, escogí como corriente artística
el “Rococó” el cual es difícil por sí mismo; los dos fondos que llevaba la animación me
tomaron realizarlos 2 días cada uno. El punto es que con tanta modificación no existía
la manera de que pudiera entregarla y al mismo tiempo dormir las ocho horas
recomendadas para una persona promedio. Así que un día antes de la entrega decidí
no dormir.
Después me di
cuenta que no alcanzaría a llegar a IALA la cual era mi primera clase. Pensé
que el maestro me aceptaría el trabajo mientras lo entregara antes de que se
acabara su clase. Cuando termine la animación, la clase había finalizado, pero tenía
fe que el maestro me la aceptaría.
Fui a
buscarlo y efectivamente me dijo que no había problema y que les había dado
unos días extras a todo el salón para entregar el trabajo. Rápidamente corrí
hacia la clase de metodología de la investigación, ya que no quería perderme de
uno de los grandiosos temas de mi profesor Tony. Sin embargo la puerta del salón
ya estaba cerrada.
Me dio muchísima
pena entrar y como no me había bañado (probablemente parecía vagabundo), ni
desayunado, decidí irme a casa. Regrese a la última clase la cual fue semiótica
de la imagen, y al esperar a que mi mamá fuera por mí, me encontré al maestro
Tony. El profesor pensó que había sido
una chica irresponsable se había pinteado su clase. Pero no fue así, el plan no
era faltar a su clase. El problema fue que me dio pena entrar tarde vestida
como vagabundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario