Este fin de
semana vino un amigo de Sonora a visitarme. Naturalmente cuando la gente viene
a visitarte, los maestros hacen un complot en tu contra y te dejan toda la
tarea del universo, esta visita no fue la excepción. Sin embargo, como
cualquier otra persona responsable y cuerda, he decidido salir viernes y sábado,
dejando toda mi tarea para el domingo. Tristemente, mis compañeros están a
punto de terminar y yo voy comenzando.
A pesar de
las desveladas que tendré que sufrir, puedo decir que valió la pena. Dario es
una de las personas las cuales me da mucho gusto ver. Como nunca había venido a Guadalajara, lo natural fue llevarlo
al Centro, donde apreciamos la hermosa arquitectura. Comimos en un restaurante
Libanes, después de perdernos caminando y entramos al palacio de gobierno. Como
todo buen Sonorense, estaba impresionado de la cantidad de árboles que habitan
la cuidad. El jura que la cuidad huele a lichis, una fruta que no tenía ni idea
de que existía antes de venir a Guadalajara.
Otra de
nuestras actividades fue visitar Andares. Aquí compre el libro de George
Orwell, 1984. Este libro fue recomendado por mi profesora Laura, y decidí
comprarlo después de leer muchas listas de libros clásicos que tienes que leer
antes de morir. No estoy muy segura, pero creo que Tony menciono a este autor
en su exposición de obras literarias. Mi querido amigo Dario, me compro El Mago de Oz, después de que le platique que
estaba leyendo obras clásicas.
Terminamos
la noche comiendo sushi en banda, lo cual fue una experiencia muy rara y
divertida. En general me divertí mucho y no me arrepiento de no haber hecho mi
tarea.
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